El chino Sun Dingguo se consagra en cuerpo y alma a los Juegos Olímpicos
Sun Dingguo se recompensó con su trigésimosexto tatuaje olímpico tras completar un periplo de 10 meses alrededor de China, pedaleando su carro por la gloria de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Con 30 años, Sun, uno de los llamados 'locos olímpicos', dejó su trabajo el año pasado para dedicar íntegramente su vida --y su cuerpo-- a los Juegos.
"Abandoné mi trabajo, abandoné todos mis sueños, abandoné la posibilidad de tener una novia", dijo admirando el último tatuaje grabado en su estómago, "Un mundo, un sueño", uno de los lemas oficiales de los Juegos.
"Lo abandoné todo salvo la promoción del espíritu olímpico".
La pasión de Sun por los tatuajes comenzó en julio de 2001 --cuando China obtuvo la organización de los Juegos-- y su cuerpo es ahora un cartel andante con símbolos de diferentes deportes y el logo olímpico, entre otros.
No contento con eso, Sun decidió dejar su trabajo de conductor de 'rickshaw' en la provincia oriental de Zhejiang el año pasado y recorrer varias provincias a golpe de pedal para recoger miles de firmas de apoyo a los Juegos.
Sun es sólo uno de estos 'locos' que lo han dejado todo a cambio de acciones espectaculares en la recta final de los Juegos del 8 al 24 de agosto.
Un hombre decidió clavarse agujas en la cabeza, la cara, las manos y el pecho para conmemorar los Juegos Olímpicos, según la prensa.
Otro partió de la provincia noroccidental de Xinjiang en agosto de 2005 y ya ha caminado 40.000 kilómetros por todo el país con la esperanza de llegar a Pekín antes de los Juegos.
Pero contrariamente a muchos otros, el sacrificio de Sun es permanente. Porque aunque su pelo, cortado en forma de los cinco anillos olímpicos y teñido de los colores de los Juegos, seguramente crecerá, sus 36 tatuajes son indelebles.
"Como ciudadano chino, quiero transmitir esta sensación de alegría y mostrar a los amigos del mundo entero lo que es el espíritu olímpico", dijo.
Tras empezar con 200 yuanes (30 dólares) en su bolsillo hace casi un año, Sun pedaleó a través de 45 ciudades en cinco provincias, viviendo de la caridad de la gente y durmiendo en su minúsculo carro.
Escribe un diario --que consta ya de 13 cuadernos-- y ha recogido 300.000 firmas que tiene intención de presentar al comité organizador.
Noticias de Yahoo News
Sun Dingguo se recompensó con su trigésimosexto tatuaje olímpico tras completar un periplo de 10 meses alrededor de China, pedaleando su carro por la gloria de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Con 30 años, Sun, uno de los llamados 'locos olímpicos', dejó su trabajo el año pasado para dedicar íntegramente su vida --y su cuerpo-- a los Juegos.
"Abandoné mi trabajo, abandoné todos mis sueños, abandoné la posibilidad de tener una novia", dijo admirando el último tatuaje grabado en su estómago, "Un mundo, un sueño", uno de los lemas oficiales de los Juegos.
"Lo abandoné todo salvo la promoción del espíritu olímpico".
La pasión de Sun por los tatuajes comenzó en julio de 2001 --cuando China obtuvo la organización de los Juegos-- y su cuerpo es ahora un cartel andante con símbolos de diferentes deportes y el logo olímpico, entre otros.
No contento con eso, Sun decidió dejar su trabajo de conductor de 'rickshaw' en la provincia oriental de Zhejiang el año pasado y recorrer varias provincias a golpe de pedal para recoger miles de firmas de apoyo a los Juegos.
Sun es sólo uno de estos 'locos' que lo han dejado todo a cambio de acciones espectaculares en la recta final de los Juegos del 8 al 24 de agosto.
Un hombre decidió clavarse agujas en la cabeza, la cara, las manos y el pecho para conmemorar los Juegos Olímpicos, según la prensa.
Otro partió de la provincia noroccidental de Xinjiang en agosto de 2005 y ya ha caminado 40.000 kilómetros por todo el país con la esperanza de llegar a Pekín antes de los Juegos.
Pero contrariamente a muchos otros, el sacrificio de Sun es permanente. Porque aunque su pelo, cortado en forma de los cinco anillos olímpicos y teñido de los colores de los Juegos, seguramente crecerá, sus 36 tatuajes son indelebles.
"Como ciudadano chino, quiero transmitir esta sensación de alegría y mostrar a los amigos del mundo entero lo que es el espíritu olímpico", dijo.
Tras empezar con 200 yuanes (30 dólares) en su bolsillo hace casi un año, Sun pedaleó a través de 45 ciudades en cinco provincias, viviendo de la caridad de la gente y durmiendo en su minúsculo carro.
Escribe un diario --que consta ya de 13 cuadernos-- y ha recogido 300.000 firmas que tiene intención de presentar al comité organizador.
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